En 1933, con apenas 14 años, conoció a O-Sensei, y decidió consagrar su vida al Budo. De hecho, Morihei Ueshiba fue como un padre para él, y así se convirtió en el alumno que más tiempo convivió con el fundador, estando 36 años a su lado. Profundizó también en el estudio de las artes tradicionales japonesas y en la religión shintoista.

Michio Hikitsuchi Sensei era maestro de diferentes artes marciales:     Judo, Karate, Kendo, Ken-jutsu, yari (el arte de la lanza), shuriken-jutsu, Iaido (el arte de desenvainar el sable), Bai-Jutsu (Tiro al arco montado a caballo).  A parte, era experto en caligrafía y en el arte de la ceremonia del té.

Tras el final de la 2ª Guerra mundial, O'Sensei le dice que el Aikido no debe de ser el Budo de la destrucción. Debemos crear el Budo que construya una nueva época, basándose en el espíritu de la armonía y de la unión, pasando a llamar su arte marcial de Aikijutsu a AIKIDO.

A finales de 1.952 construye el  KUMANO JUKU DOJO. Es un dojo bastante pequeño, de corte tradicional en madera, con grandes aberturas que permiten tan sólo una vista parcial hacia el exterior, con 21 tatamis.

El dojo es austero, decorado con las caligrafías hechas por O'Sensei con las instrucciones para el entreno de los estudiantes, y con las tablas de madera donde se inscriben los nombres de todos aquellos que, japoneses o extranjeros han estudiado aquí. Es raro hoy en día encontrar un dojo en Japón donde reine aún esta atmósfera de antaño, cuando O'Sensei estaba allí. Esta sensación de la presencia de O'Sensei en el Dojo es todavía muy fuerte, acentuada por las grandes caligrafías que todavía perduran en el Dojo. En la puerta del Kumano Juku Dojo se puede leer lo que O´Sensei escribió:  " Esta es mi casa".

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Leer más a cerca de Hikitsuchi en la web del Blog de Daniel Rodríguez

Leer más a cerca de Hikitsuchi en la web de SAKAKI AIKIDO